miércoles, 8 de abril de 2015

A pesar de todos los esfuerzos, los usuarios quieren Windows XP y 7.

Son muchas las esperanzas que Microsoft ha depositado en el nuevo sistema operativo Windows 10. Durante los últimos meses, los de Bill Gates llevaron a cabo multitud de estrategias para intentar favorecer la migración a Windows 8 y 8.1 desde las versiones anteriores.

A pesar de que el año pasado decidió dejar de ofrecer soporte técnico a Windows XP, las cifras revelan que los esfuerzos no han valido tanto la pena. Sólo hay que echar un vistazo a este gráfico para ver que Windows 7 y XP siguen siendo los reyes del mambo.

Más de la mitad de los usuarios, un 56,73%, utiliza el Windows 7. El mítico XP aún mantenía en marzo un 18,26 % de los usuarios activos de ordenadores frente al 13,99 % del combo Windows 8 (3,62 %) y 8.1 (10,37 %). 


Lo que sí esta claro, teniendo en cuenta estos datos, es que las actualizaciones de Microsoft por el último sistema operativo no han calado en los usuarios. Hay que tener en cuenta que el Windows 8 viene instalada de serie en muchos equipos, sobre todo en el entorno profesional, por lo que aún es más preocupante la fría acogida.

El problema es que se está forzando la migración a los nuevos sistemas operativos, ya que desde hace unos meses los antiguos sistemas operativos XP y 7 no están recibiendo actualizaciones ni parches de seguridad. La respuesta de Microsoft fue permitir saltar directamente del XP al 8, saltando las dos versiones intermedias.

Por eso es que se está depositando toda la confianza en el Windows 10, para recuperar estos usuarios que siguen anclados en los viejos sistemas operativos. De hecho, la última actualización para Windows 7 y 8.1 avisará cuando esté lista la versión 10, mediante el archivo KB3035583.

La actualización añade una carpeta a a System32 llamada GWX, que contiene nueve archivos y una carpeta llamada Descarga". En la descripción de uno de los archivos de instalación se encuentra la clave del misterio: "Descargar Windows 10.



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